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Toda una experiencia que no olvidaré
El pasado sábado 8 de mayo, mi compañera Paqui y yo,
tuvimos nuestra primera experiencia del Proyecto Guadalinfo en el Hospital. Teníamos por delante muchos kilómetros, así que quedamos bastante temprano para no llegar tarde a nuestra importante cita. Allí en la puerta nos esperaba Juande, nuestro DT. y Gustavo preparados para el gran día y vivir una experiencia nueva.
Subimos a la planta de pediatría del Hospital Costa del Sol, y montamos nuestro campamento base en la sala que hay habilitada para el oci
o de los mas pequeños.
En total, ese día estaban ingresados un total de 4 niños, una de ellas era muy pequeñita, de apenas un año, y con un par de caricias y un globo, nos demostró todo su agradecimiento con una sonrisa.
Al principio estaban un poco cortados, pero conforme pasaba el tiempo, íbamos ganando su confianza. Se dieron cuenta, que nuestra función allí no tenía nada que ver con dolorosas pruebas o el infernal sabor de un medicamento.
Para mi ha sido toda una experiencia, espero qu
e los niños ya estén en casa y que guarden un buen recuerdo de nuestro paso por allí. Al menos, un recuerdo como el que yo guardo y guardaré toda mi vida, porque ha sido algo inolvidable y ni que decir tiene que ha sido mi primera experiencia pero que no la última, puesto que quiero repetir cuantas veces sea necesario, merece la pena el esfuerzo que se hace ya que la felicidad de estos niños lo compensa todo.
Desde aquí invito a todos los dinamizadores de otras provincias que pongáis en práctica este proyecto merece la pena y os garantizo que no os arrepentiréis.


¡Ya somos 1000 en el grupo de Facebook!
Nada más y nada menos que mil personas en el grupo de Facebook. Debemos estar muy orgullosos de lo conseguido pero no por la cantidad y si por la calidad de los colaboradores que se sienten muy identificados con la iniciativa. Sois vosotros los que de una manera u otra aportáis vuestro gran pequeño granito de arena para que todo esto sea una maravillosa realidad ¡Enhorabuena!.
Pero enhorabuena no sólo por los 1000. Enhorabuena porque si todo va bien en breve la iniciativa se realizará en Hospitales de Almería y Granada. Enhorabuena por todas las pequeñas aportaciones (juegos,libros,globos..) desinteresadas que cada sábado llevamos a los más pequeños. Enhorabuena por ponernos en contacto con personas que no tienen nada que ver con nosotros y que no dudan en ayudar. Enhorabuena por saber que esto no acaba nada más que empezar y va a ser algo mucho más grande y amplio de lo que pudimos imaginar y sobre todo enhorabuena por llevar una sonrisa a los pequeños, familiares y personas que trabajan en los Hospitales.
Pero enhorabuena no sólo por los 1000. Enhorabuena porque si todo va bien en breve la iniciativa se realizará en Hospitales de Almería y Granada. Enhorabuena por todas las pequeñas aportaciones (juegos,libros,globos..) desinteresadas que cada sábado llevamos a los más pequeños. Enhorabuena por ponernos en contacto con personas que no tienen nada que ver con nosotros y que no dudan en ayudar. Enhorabuena por saber que esto no acaba nada más que empezar y va a ser algo mucho más grande y amplio de lo que pudimos imaginar y sobre todo enhorabuena por llevar una sonrisa a los pequeños, familiares y personas que trabajan en los Hospitales.
Nuevos caminos de la medicina
Gustavo, Tamara, Silvia y yo quedamos citados ese día para acercarnos al Hospital Costa del Sol de Marbella y tener una sesión de informática con los niños ingresados, siendo nuestro primer objetivo acercar a los niños a las nuevas tecnologías, conocer y relacionarse con otros niños, aunque nuestro objetivo prioritario era hacerles pasar unas horas agradables, ya que la experiencia hospitalaria de estar encamados, de por sí provoca miedo, inseguridad, confusión a la vez que nos pone en contacto con el sufrimiento.
Al vivir yo en Faraján, me desperté esa mañana a las 7 y tras el aseo y desayuno reglamentarios, metí en la mochila mi ordenador personal, el equipo de altavoces del karaoke y por esos vericuetos de carreteras de la Serranía de Ronda me encaminé hacia Marbella, en concreto a nuestro destino: El Hospital Comarcal Costa del Sol, quinta planta.
Ainara, niña de 9 años nos estaba esperando tristona en un sillón del Hospital con su pijama azul hospitalario. Por un momento recordé mi niñez y me sentí como dentro de ellos.
Luego vino Miguel, niño de 6 años. Poco a poco Miguel se iba relacionando más, él me trajo la imagen de mi hermano menor y me hizo sentir como ese hermano que ayuda a sus hermanos. Mas tarde Miguel no dejaba de sonreír con mis juegos (Prince of Persia) y canciones de mi infancia y así hasta el final en que acabamos con un poco de música con el karaoke haciendo infinidad de preguntas.
Ha sido una actividad muy enriquecedora y agradecida. Los niños transmiten su felicidad muy fácilmente y sus gestos de gratitud me llenaban de orgullo y daba sentido a esta experiencia con niños ingresados en un Centro Hospitalario. Pienso que pocas cosas hay mas valiosas que despertar esas sonrisas de la infancia en un lugar tan extraño y desgajado de la sociedad como es un Centro Hospitalario. Ello no es una crítica sino un darnos cuenta de la dificultad que conlleva el pasar de la alegría de la calle al silencio, monotonía y sufrimiento del Hospital.
El resto del día no he podido dejar de pensar en dicha actividad y las sonrisas de gratitud que nos mostraron. También pienso… en especial si Miguel, Ainara y los demás niños, recordarán el día de hoy con una sensación de nostalgia y felicidad gratificantes que los sacó unas horas de ese día 3 de Abril, de la fría rutina hospitalaria.
Guadalinfo en el corazón

Todo, con la única intención de compartir con vosotros mi experiencia, así que, si en algún momento no me se explicar o no me expreso con claridad, es fruto de un atasco de sentimientos que tienen prisa en salir.
Pues bien, nuestro DT, Gustavo, nos había avisado a Virginia y a mi para comenzar con nuestro turno en el proyecto Guadalinfo en el Hospital.
Durante varios dias, sólo hacía pensar que podía llevar, buscaba en los armarios de mi centro, en casa, quería sorprender a esos niños y me imaginaba que llegando al mas puro estilo "Papa Noel" sería mas fácil la conquista.
Durante varios dias, sólo hacía pensar que podía llevar, buscaba en los armarios de mi centro, en casa, quería sorprender a esos niños y me imaginaba que llegando al mas puro estilo "Papa Noel" sería mas fácil la conquista.
Y así salí de mi pueblo, con una mochila llena de regalitos, los bolsillos cargados de incertidumbre, y un pellizquito en el estómago que dejaba entrever la poca fe que le tengo a la entereza de mi sentimentalismo.
Llegamos puntuales y allí en la puerta nos esperaban Gustavo, Juanlu (compañero de Guadalinfo) y Soraya, Alicia y Regina (compañeras de una Asociación dedicada a baile y espectáculo).
Subimos y entramos a la sala de juegos que tiene habilitada el Hospital en la planta de pediatria.
En una sala contigua donde hay algunos ordenadores estaba Alberto, un niño de 5 añitos que me miró con cierta desconfianza y a todas mis preguntas y sonrisas contestaba con un movimiento de cabecita a un lado y a otro para decirme que no.
Fue entonces cuando le puse carita y nombre a mi reto, ese era Alberto.
En una sala contigua donde hay algunos ordenadores estaba Alberto, un niño de 5 añitos que me miró con cierta desconfianza y a todas mis preguntas y sonrisas contestaba con un movimiento de cabecita a un lado y a otro para decirme que no.
Fue entonces cuando le puse carita y nombre a mi reto, ese era Alberto.
A los pocos minutos entró Nicoll, una niña que vio a Soraya por primera vez y se abrazó a ella como si la conociera de toda la vida, como si llevase años esperándola.
Le señalo su brazo con un gesto de dolor para enseñarle su vía, como buscándo cierta inocente compasión.
Uff... en ese momento me di cuenta del alcance de nuestra presencia porque aún no habíamos empezado a actuar (le ofrecía a Alberto una carterita de Guadalinfo, evidentemente, pasó de mi, se la dia a su padre).
Comenzaron a llegar el resto de los niños, bueno, niñas, que terminaron convirtiéndose en princesas de una mágica mañana de sábado.
Pusimos sobre la mesa un montón de dibujos para colorear y lápices de colores.
Iban eligiendo sus dibujos preferidos y se sentaban alrededor de la mesa.
(le ofrecí a Alberto un dibujo de Bob Esponja y una caja de lápices, volvió a pasar de mi, así que recurri de nuevo a tomar a su padre como intermediario).
Empezamos a inflar globos para darle un poco mas de color a aquella habitación, los repartimos por todos los rincones, a algunos les pintábamos caras para hacerlos mas divertidos (le ofrecí a Alberto un globo para que jugase, y siguiendo en su dinámica, pasó de mi, yo seguí en la mía y le pasé el testigo a su padre).
Al poco tiempo hicieron su entrada Alicia, Soraya y Regina, que caracterizadas en princesas árabes, hicieron a todos los niños despegar la vista de sus dibujos y centrarse exclusivamente en ellas. A los pocos minutos ya tenían y teníamos todos y todas las presentes alguna vestimenta acorde con el momento.
Bailamos, saltamos, nos reimos... (busqué un cajoncito y le pregunté a Alberto que si quería jugar conmigo al baloncesto con el globo, y bueno... ya sabeis... alguna vez me tenía que decir que si!!!! y lo hizo en ese preciso momento).
Bailamos, saltamos, nos reimos... (busqué un cajoncito y le pregunté a Alberto que si quería jugar conmigo al baloncesto con el globo, y bueno... ya sabeis... alguna vez me tenía que decir que si!!!! y lo hizo en ese preciso momento).
Entonces me di cuenta de la energia que tenía, Alberto.
Al rato, agotados de tanto baile, Alicia nos empezó a enseñar a hacer un perrito con globos, y repartimos muchísimos globos que ellas ya traian convertidos en perritos, margaritas, espadas... espadas?? eso me recuerda algo... agotada del baloncesto, le dije a Alberto que si quería jugar conmigo a las espadas... entonces descubrí algo, Alberto no sólo tenía mucha energía, Alberto era incombustible.
Su padre me dijo mientras lo veia correr, que el médico le había dicho que no era recomendable que hiciera ejercicio, entonces le dije que lo mejor era que lo dejase mas tranquilo, el padre, sonriendo me pidio que no lo hiciera, que lo dejase disfrutar...
Cuando nos vinimos a dar cuenta, ya estaba en los pasillos la comida, mas tarde que de costumbre, porque el pedazo de equipo de enfermeras, cuando veian lo que estaban disfrutando los niños, decidieron retrasarlo un poco mas y ser ellas mismas las encargadas de llevarles el almuerzo... increible el detallazo y la humanidad de este equipo de enfermeras.
Nos despedimos de ellos con un tierno besito y noté en la carita de Alberto, mi reto, que ya lo había conquistado...
Los padres y familiares nos dieron las gracias, y nosotros, deseamos con toda nuestras fuerzas volver y no ver a esos niños allí, porque eso sería señal de que la vida les había dado otra oportunidad para poder seguir siendo niños
En fin... que ya nos teníamos que ir y a mi, me supo a poco. Ahora me toca reflexionar, contaros lo que ha significado para mi esta experiencia... yo no se que decir, igual no se expresarlo, sólo os puedo decir que esta experiencia es irrepetible porque nunca he tenido la oportunidad de hacer algo que haya merecido tanto la pena, esta experiencia es repetible porque estoy deseando que llegue mi próximo turno, esta experiencia es única porque es una oportunidad que en mi caótica vida nunca hubiese podido disfrutar, esta experiencia es un sueño porque formaba parte de mis planes, esta experiencia es una realidad gracias a gente como Gustavo y los demás voluntarios..
Definitivamente, estos niños, sólo llevan un tiempito paseando por la vida y ya saben lo duro de este camino, sin embargo, a mi me contagiaron de ganas por vivir la mia... en cuanto tuve oportunidad, llame a mi pareja y le dije que quería pasar el resto de mi vida a su lado porque no puedo desperdiciar un sólo segundo de felicidad!


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